Alimentos que producen acidez estomacal
Como comentábamos, seguro que has detectado que, después de ciertas comidas o comer determinados alimentos, no te sientes demasiado bien. ¿Y esto a qué se debe? Pues al hecho de que algunos alimentos disminuyen el tono del esfínter esofágico inferior (EEI), que es el anillo muscular ubicado en el tramo del esófago que se une con el estómago y que impide el paso del ácido gástrico al esófago. ¿El resultado? El esfínter no sella bien, se abre y permite que el ácido del estómago refluya al esófago, hecho que irrita la mucosa gástrica y causa acidez. Entre los alimentos que producen acidez de estómago, debemos incluir:
- Alimentos fritos y grasos: comida rápida, bollería y frituras.
- Alimentos procesados: salsas.
- A ciertas bebidas: café, té, alcohol, bebidas gaseosas, bebidas con cola y zumos (especialmente, aquellos más ácidos).
- Algunos frutos secos.
- Alimentos picantes y salazones: pimienta, salsas picantes, ajo o cebolla cruda y vinagre.
- Frutas cítricas: tomate, naranja, mandarina y kiwi.
- Dulces: chocolate y otros alimentos azucarados.
- Algunas hierbas: menta y hierbabuena.
Alimentos contra la acidez
En cambio, otros alimentos sí que pueden ayudarnos a combatir este problema, de modo que es bueno incorporarlos a nuestra dieta habitual; son los siguientes:
- Carnes y pescados blancos.
- Caldos suaves.
- Verduras y hortalizas no demasiado fibrosas: calabacín, apio, brócoli, coliflor, espárragos, judías verdes y calabaza.
- Tubérculos: patata.
- Alimentos ricos en mucílagos: plantas como el agar-agar o la borraja, legumbres como las vainitas (fruto de la judía que se come antes de madurar), frutas como los higos y los limones (estos últimos, en pequeñas cantidades ya que son ácidos) o frutos secos como las almendras se caracterizan por tener mucílagos, un tipo de fibra soluble presente en varios alimentos que puede ayudarnos a combatir la inflamación de la mucosa gástrica.
- Cereales: avena.
- Frutas: manzana, plátano, sandía, pera, caqui, melocotón y piña.
- Especias y hierbas: anís estrellado, menta poleo, salvia, manzanilla, melisa, hierbaluisa, tila, valeriana, albahaca, hinojo, mejorana y jengibre.
Mitos y realidades sobre ciertos alimentos y remedios para la acidez
Según algunas creencias muy extendidas, ciertos alimentos y remedios van bien para digerir y evitar la acidez. Pero, ¿cuánto hay de cierto y cuánto de falso en estas afirmaciones? A continuación, las repasaremos:
- Beber leche: contrariamente a lo que se piensa, la leche para la acidez no es buena, ya que no la evita, sino que la favorece. Los lácteos tienen caseína, una proteína que, en lugar de neutralizar el ácido gástrico, lo estimula. En consecuencia, si sufres acidez estomacal se recomienda tomar lácteos desnatados y optar por los yogures y quesos frescos bajos en grasa para tolerarlos mejor.
- Tomar pan: el pan y la acidez estomacal es otro de los binomios instaurados en la creencia popular. La verdad es que este alimento, básico en muchas culturas del mundo, puede desencadenar acidez estomacal si no es de buena calidad, lo ingerimos en grandes cantidades y lo acompañamos de salsas u otros alimentos que favorecen este problema digestivo, como el tomate o el chocolate. Así, no es que no puedas comerlo, pero debes escoger un pan de calidad (el pan blanco, que está refinado y procesado, puede aumentar la acidez estomacal, mientras que el pan integral y de grano entero es más fácil de digerir y contiene menos azúcares), comerlo en moderación e intentar no combinarlo con alimentos que provocan acidez.
- Tomar aguacate: ¿el aguacate y la acidez están relacionados? Aunque hay quién piensa que sí, lo cierto es que es uno de los grandes aliados de la cocina para combatir este problema. El aguacate es una fruta alcalina con propiedades antioxidantes y, por lo tanto, ayuda a mantener un correcto funcionamiento de las mucosas estomacales y a equilibrar o disminuir la acidez metabólica. Además, es rico en materias grasas insaturadas, muy beneficiosas para controlar los niveles de colesterol y reducir los lípidos en sangre, de modo que está muy indicado para tener una buena salud cardiovascular.
- Tomar infusiones: en este caso, sí que es cierto que tomar infusiones ayuda a no tener acidez estomacal y, sin duda, es mucho mejor que tomar un café o un licor digestivo (bebidas que sí que irritan la mucosa gástrica). Puedes hacerte infusiones de anís estrellado, menta poleo, salvia, manzanilla, melisa, hierbaluisa, tila, valeriana, albahaca, hinojo, mejorana y jengibre.
- Tomar probióticos: estas bacterias que viven en el intestino son beneficiosas para tratar patologías intestinales, más que problemas de reflujo gástrico y acidez. No hay evidencia científica para poder utilizarlas en caso de reflujo, si bien es cierto que mejoran la salud general del organismo al facilitar la absorción de nutrientes y fortalecer el sistema inmune.
- Tomar bicarbonato sódico: muchas personas creen que un vaso de agua con una cucharadita de bicarbonato sódico es un remedio muy efectivo contra la acidez y las digestiones pesadas. La verdad es que es falso, ya que puede provocar un efecto rebote y que el estómago produzca más ácido tras tomarlo; además, está contraindicado en aquellas personas que sufren hipertensión arterial.
Incluye en tu dieta alimentos que ayudan a evitar la acidez estomacal y no tomes aquellos que la causan, y opta por métodos de preparación sanos y saludables.
Otros consejos sobre alimentación para evitar la acidez
Además de saber qué alimentos desencadenan acidez y cuáles ayudan a la evitarla, es importante aplicar otros consejos para hacer una buena digestión y no tener este problema:
- Método de preparación: lo más aconsejable para no tener acidez estomacal es cocinar alimentos al vapor, a la plancha o hervidos, en lugar de freírlos. Tenlo en cuenta si sueles prepararte la comida en un tupper para al trabajo; puedes consultar aquí algunas recetas rápidas contra la acidez para variar tus platos habituales.
- Forma de comer: recuerda que es importante hacerlo lentamente, masticando bien e insalivando (es decir, mezclando los alimentos con la saliva); las prisas son enemigas de las buenas digestiones. Si comes cada día de restaurante por el trabajo, este punto es especialmente importante, junto con los platos que escojas.
- Temperatura de los alimentos: lo ideal es que los alimentos o bebidas que consumamos no estén demasiado calientes, sino más bien templados. Si están demasiado calientes, pueden irritar o inflamar la mucosa gástrica y provocar que deje de realizar su función protectora. Si esto ocurre, el estómago es incapaz de neutralizar el ácido gástrico y se genera acidez.
- Horarios regulares: comer de forma ordenada, siguiendo unos horarios, ayuda a digerir bien y a no tener acidez estomacal.
Finalmente, además de tener en cuenta estas recomendaciones, tomar un protector gástrico también puede ayudarte a combatir problemas digestivos. Estos fármacos actúan bloqueando la producción de ácido en el estómago, que es el que irrita el esófago cuando sube por el tubo digestivo y produce la sensación de ardor en el pecho y, a veces, regurgitación. Recuerda que debes tomarlos por la mañana para estar protegido las 24 horas, pero no de forma habitual, sino solo puntualmente.
Conclusión
Resumiendo, si sufres acidez estomacal es esencial que te fijes bien en qué comes, cómo lo comes y tengas unos buenos hábitos alimenticios (horarios regulares, correcta hidratación, método de preparación, etc.). Así, existen alimentos que provocan acidez estomacal, como los fritos, las comidas procesadas y grasas, ciertas bebidas y dulces, entre otros, y alimentos que ayudan a no sufrir este problema, como los caldos suaves, las carnes y pescados blancos, los alimentos ricos en mucílagos y algunos frutos secos, por citar algunos. También hemos repasado las frutas que dan acidez y las que no y hemos analizado cuánto hay de cierto y de falso en algunas creencias populares sobre alimentación y problemas digestivos, como la leche y el reflujo, si el café es malo para el estómago o si el bicarbonato sódico es efectivo para disminuir la acidez. Así que, la próxima vez que vayas al supermercado o te pongas a cocinar, elige bien qué plato prepararás y comételo despacio, masticando bien y disfrutando de la comida… ¡tu estómago te lo agradecerá!